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No se cumplían ni treinta años de la caída de Tenochtitlán cuando en 1542 desembarcó en la Nueva España un caballero llamado Alonso (o Alfonso) de Herrera, que traía bajo el brazo una cédula real que lo acreditaba como maestro cervecero, con autorización para establecerse en el nuevo reino ...

Antes de que autorizara el emperador la fabricación de cerveza ya se había traído la bebida, procedente de Flandes y de los reinos germanos. Bueno, la cédula firmado por Carlos V autorizaba la producción con dos condiciones: la corona española recibiría un tercio de las ganancias, y el fabricante costearía el viaje de los maestros que operarían los calderos y todo el equipo que fuera necesario. Eso sí, Herrera recibió lo que hoy se llamarían beneficios fiscales: podía cultivar todos los productos necesarios para elaborar la cerveza y, para garantizar la operación de la cervecería, recibió permiso para importar 200 esclavos, sin pagar los impuestos correspondientes.

Muy contento, Herrera escogió el lugar adecuado para la cervecería: la Hacienda del Portal, en Amecameca (por el agua, abundante y de excelente calidad) a la que llamó Brazería. Así empezó a difundirse lentamente la cerveza novohispana. 

Según dicen, quienes la probaron dijeron que tenía muy buen sabor (tengo mis dudas), incluso, mejor que el del pulque. Pero la cebada y el trigo eran escasos y caros, y eso convirtió a la bebida en algo prácticamente inaccesible. Una botella de cerveza costaba la estratosférica cantidad de ocho reales. Para abaratarla, a Herrera se le ocurrió adulterar la cerveza, y quienes probaron aquello dijeron que era un brebaje repugnante.

Gobernaba en esos años el primer virrey de la Nueva España, Don Antonio de Mendoza, que, a causa de una escasez temporal de vino, que se traía de Europa, discurrió que el hueco podía subsanarse con cerveza, y ahí estaba el señor virrey, con todos sus servidores y funcionarios, bebiendo cerveza para promoverla y atraer a la gente al consumo del producto. Pero la gente no mordió el anzuelo, y la cerveza siguió siendo un artículo de escasa circulación. Pasaron los años. Gobernaba ya el virrey Luis de Velasco, cuando en 1558 murió Herrera ... El negocio se apagó. 

Pasarían siglos antes de que la industria en el siglo XIX "revivió". Las primeras empresas cerveceras y marcas de las primeras "chelas" eran "Pila Seca", del suizo Bernard Bolgard, la cerveza "el hospicio de pobres" de Justino Tuallion (ubicada en las calles de Balderas y Av. Juárez, lugar en donde se encontraba precisamente un hospicio en donde se atendía a huérfanos y enfermos), la cerveza "Cruz Blanca" de inmigrantes franceses y la cervecería Toluca (también de suizos). Había además cervezas extranjeras importadas pero eran consideradas un lujo para las élites del país. 

Con Don Porfirio esto cambió. Además de los aranceles, el otro elemento que ayudó a cimentar la industria nacional cervecera, fue la Ley de Industrias Nuevas, decretado el 30 de mayo de 1893. Decía que aquellas empresas que pudieran demostrar que eran nuevas en su ramo y que invirtieran un mínimo de 250 mil pesos, podían ser acreedoras a exenciones de impuestos y podían importar materiales libres de aranceles hasta por diez años. Entre aranceles y leyes, Díaz logró su cometido y para 1899, cinco empresas mexicanas dominaban el mercado de la cerveza en México y controlaban más de 70 por ciento de la producción nacional. 

Él creyó en la cerveza mexicana como ningún otro presidente. A tal grado que hasta él mismo tenía una cervecería donde se fabricaba 500 mil litros de cerveza (dicen que de buena calidad) anuales. La Compañía Cervecera Porfirio Díaz S.A. funcionó durante 12 años. Dejó de producir a principios de la Revolución, cuando fue abandonada. Durante la Revolución fue albergue de tropas zapatistas y al término del conflicto armado fue usada para resguardo de ganado.

Como anécdota: cuando Don Porfirio invitó a miembros de la alta sociedad mexicana a un baile en El Palacio Nacional en honor al Centenario, no se sirvieron cervezas sino champán y vinos franceses ...

G.H. Mumm & Co. Cordon Rouge, Burdeos Mouton Rothschild 1889 y Chardonnay Chablis Moutonne ... lo que muestra el icónico gusto y admiración que sentía por la cultura francesa ... y no tanto por la cerveza ...

Actualmente, la cadena productiva cervecera aporta el 1% del PIB nacional, además de generar 55 mil empleos directos y más de 600 mil empleos indirectos. México es el sexto productor de cerveza a nivel mundial, prácticamente en manos de corporaciones multinacionales. Eso sí, se puede pedir una "chelita" mexicana en más de 180 países de todo el mundo ...

21.04.2023 Museo del Tiempo Tlalpan, A.C.

Markus Frehner

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Fotografía : embotelladora de cerveza alrededor de 1900